QUERIDOS DOCENTES, TODO ESTÁ BIEN.

25.03.2020

Vivimos en una sociedad culpógena. Buscar culpables a lo que ocurre fuera o a lo nos ocurre dentro es algo que va implícito en el modelo patriarcal y mina nuestra autoestima, merma las relaciones sociales y genera mucha crispación general. De forma inconsciente lo hemos aprendido de generación en generación. Con la conciencia de que culpabilizar (no responsabilizar) genera agresividad y otras situaciones nada agradables. Lo contrario a esto y que, como os decía, debe ser la base de cualquier formación en educación emocional, es LA RESPONSABILIDAD. Una palabra que implica identificar lo que nos pasa, buscar una solución asertiva y pasar a la acción. 

De hecho, en estos días estamos viendo todas las combinaciones posibles continuamente:

  • Personas que están continuamente en la queja y tienen fritas las redes sociales, la familia y... al vecindario.
  • Las personas que se quejan (interna o externamente) y pasan a buscar una solución a lo que les ocurre.
  • Personas que no pierden energía en la queja y pasan directamente a buscar una solución.

Ahora os podríais preguntar ¿Cuál es la diferencia entre vivir en la queja y ser responsable con lo que ocurre? y la respuesta sería: SABER, QUERER Y PODER HACERLO. El primer verbo está relacionado con que no sé cómo gestionar lo que me está ocurriendo porque no lo he aprendido. Esta es la situación más "inocente", en el sentido de que la persona no sabe hacer las cosas de otra forma, no tiene la información y, por tanto, es más difícil que le salga de forma natural. El segundo se refiere a que podemos saber cómo ser responsables y no querer serlo, sino quedarnos en la queja instalados y ya está. Esta situación suele ser muy problemática y genera mucha angustia y conflictos a la persona y a los que la rodean. Y el último, implica tener las posibilidades, dentro de nuestra realidad, nuestros medios, el momento, la situación... para atender lo que necesitamos (quiero salir de casa ahora; sé, quiero, pero no puedo). 

En fin, no quiero enrollarme más porque de todo esto podéis aprender muchísimo si leéis o veis a Carlos Odriozola y sus magníficas conferencias sobre Frustración y Responsabilidad. Pero sí necesitaba hacer esta introducción para hablar de las escuelas, los equipos docentes, y lo que está ocurriendo durante estos días en las redes sociales y medios de comunicación. Cosa que me entristece muchísimo porque leo muchas críticas hacia un colectivo de profesionales (sólo me centro en los profes) que se encuentran en un callejón sin salida ya que, muchos de ellos, no saben hacer las cosas de otra forma porque no se les han enseñado (SABER) o no tienen  posibilidades (PODER) para hacerlo por falta de herramientas o autorización (descarto que no quieran porque es la opción más desagradable, sobre todo en la situación que estamos viviendo ahora). Os ilustro esto que os comento con una breve recopilación que me han trasladado  profes con los que he hablado estos días:

  • Me siento culpable porque nos han transmitido que los niños tienen que seguir aprendiendo, que no se debe para la actividad, que deben mantener su rutina para continuar lo máximo posible con su estabilidad... Y, siendo sus referentes durante 5 horas al día, siento que todo eso recae en nosotros como docentes sin tener la capacidad de reacción, los medios y los canales de comunicación para organizar un calendario semanal con algunos cursos en los que entran 4 profesores al día durante 45 min. y yo, como tutor o tutora, sólo los veo 1 o 2 h a la semana. ¿Cómo coordino todo esto? si además, soy madre o padre, tengo en casa el mismo jaleo que todas las familias y ¡mi ordenador forma parte del material cooperativo de la casa!
  • Pienso en mis chavales, en los que estaban fatal en casa y que el instituto les daba un respiro. Pienso en las horas de tutoría charlando y conteniéndolo y ahora pienso en cómo lo estará pasando y las pocas ganas que tendrá de hacer la mitad de las cosas que les decimos. Me siento fatal.
  • Intentamos ponernos de acuerdo en el colegio para ver cómo afrontamos la situación, por videoconferencia o whatsapp, pero cada uno tiene una situación diferente y formas diferentes de ver cómo abordarlo, enfoques, metodologías, exigencias.... Y, de verdad, al final terminamos con más angustia que como empezamos la reunión.
  • Me siento culpable porque muchos de mis alumnos no tienen los recursos mínimos para continuar con los contenidos: no tienen ordenador, los padres no saben ayudarlo o no pueden, se ha dejado los libros en el cole, no pueden recibir email o no saben grabarse en un vídeo, subirlo al drive... y muchas cosas más.
  • "Hay algo que creo que tengo de fondo (frase literal de una compañera) a la ansiedad que tengo y es que me da angustia pensar que haya muchísimas familias que se van a quedar en paro temporal o que no van a recibir ingresos y yo, siendo funcionaria o teniendo el apoyo de una administración, creo que eso me afecta a sentirme culpable y me hace irme a la hiperactividad como para demostrar a los padres que me merezco cobrar mi sueldo. He visto en varios grupos y redes sociales la frase: ahora es cuando los maestros se van de vacaciones... Y se me rompe el alma". 
  • En cole tenemos un blog en el que colgábamos cosas, pero nada de drive, nubes, carpetas compartidas, zoom, skype... Y ahora no sólo hay padres que no tienen correo electrónico (pasa en muuuchas escuelas todavía) sino que yo mismo no sé cómo montar todo esto que nos piden. Me queda dos años para jubilarme y no estoy puesto en esto de la tecnología.
  • Tengo a mis alumnos de bachillerato con crisis de ansiedad por el temario para las pruebas de selectividad y me he dejado llevar tanto por la angustia que me he puesto a buscar información como una loca y he llegado a tener varios amagos de crisis yo también. 

Estos son algunos de los temas de conversación que he tenido en los últimos días con compañeros y compañeras, amig@s y familiares docentes con los que hablaba sobre cómo afrontar esta situación tan compleja que vivimos.

Por otro lado, soy madre de 3 preciosas criaturas. Uno en secundaria, otro en primaria y la pequeña en infantil. Teletrabajo actualmente y dirijo una empresa cuyos ingresos dependen, en un 80% aproximadamente, de la voluntad privada. Y eso que tenemos ordenadores, una casa con jardín y otros medios que nos hacen más llevadero el confinamiento, por lo que, aunque puedo intuirlo, no quiero pensar en lo que pueden estar pasando muchas familias.   

Con toda esta retahíla que os he contado, quiero llegar a la siguiente propuesta a modo de conclusión y, espero que, posible solución: 

SIMPLIFIQUEMOS, POR DIOS

SIMPLIFIQUEMOS TODOS

Ahora más que nunca estamos empezando a ser conscientes de muchas de las grietas que tienen diferentes instituciones tan centrales en nuestra vida como es la educación o la sanidad. Grietas que se convierten en fracturas porque hay situaciones que son insostenibles tanto para los docentes como para las familias. Por eso, os pido encarecidamente que PAREMOS, RESPIREMOS, QUE NO PASA NADA SI NO LLEGAMOS, QUE ESTÁ EL MUNDO DEL REVÉS Y ESTO ES UNA OPORTUNIDAD PARA EVALUAR LO QUE HACEMOS Y CÓMO LO HACEMOS

La ansiedad nos lleva a actuar de una forma más automática, menos reflexiva, y por ello es importante parar para oxigenarnos y ser capaces de pensar de forma responsable. No entretenernos en culpabilizar y sí en encontrar soluciones a lo que estamos viviendo de una forma equilibrada y sostenible. 

Somos producto de un sistema educativo anclado en el siglo XIX, sí, lo sabemos, y de ahí que ahora estemos tan desconcertados en buscar esa flexibilidad que no sabemos dónde encontrarla PORQUE NO NOS HAN ENSEÑADO. Por eso tenemos una gran oportunidad para entender qué es importante y que no, y actuar ahora en consecuencia. Desde la Programación Neurolingüística, la técnica del modelaje propone buscar personas o modelos de funcionamiento que nos gusten, tomar aquello que nos resulte más interesante y hacerlo nuestro para ir aprendiendo. Vamos a aprovechar para buscar aquellos modelos educativos con mayor éxito a nivel de salud emocional y preparación académica, y cojamos lo que nos gusta, hagámoslo nuestro para mejorarlo y cambiar la rigidez que estamos viendo actualmente que no funciona como nos gustaría. Aprendamos juntos otra forma de enseñar y aprender.

Pero para ello, es importante comenzar leyendo esta frase varias veces, familias y docentes, y respiradla e interiorizarla. No nos dejemos llevar por la ansiedad, las culpas, los estándares u objetivos... vamos a parar y pensar sobre cómo aprender a cuidar desde la distancia y a cuidaros a vosotros y a vuestras familias. Y reflexionad con calma sobre el modelo educativo que tenemos, la rigidez que nos impone muchas veces y qué podemos hacer, dentro de nuestra RESPONSABILIDAD para cambiarlo.

A modo de ejemplo de buenas prácticas de docentes que sé cómo están trabajando estos días, os propongo algunas ideas que os pueden orientar a los que no sabéis cómo encontrar un equilibro:  

  • Que los tutores tomen las riendas de cada clase, filtren las tareas de todos los especialistas y reorganice el calendario en relación con lo que crea que es más necesario dependiendo del perfil de los niños y niñas. 
  • Simplificar al máximo los horarios de la semana. Máximo 3 clases por día y con una píldora, enlace o actividad central. Nada más.
  • Que las fichas o las actividades que se planteen vayan con una hoja de respuestas para que los padres puedan tener una orientación sobre las correcciones o el propio niño o adolescente pueda autoevaluarse. Ya sabemos el poder de la autocorrección en el aprendizaje significativo.
  • Los niños y niñas de infantil ¡¡NO TIENEN QUE TENER TAREAS, NO HACE FALTA!!!. y me atrevo a decir que en el primer ciclo de primaria tampoco. Que jueguen, recorten, hagan construcciones, bailen, canten (los de primaria lean y lean y lean)... es cuestión de organizarles un poquito los horarios a las familias para que les sirva de orientación y dar ideas para que aprendan de forma divertida.
  • Buscad un espacio a la semana para tener un encuentro virtual común, por pequeños grupos o una llamada de teléfono para hablar directamente con ellos. Sois su figura de apego importante en sus vidas, y con una llamada de teléfono o un encuentro a la semana, ellos alucinan y les anima mucho. 
  • Pensad en los centros de interés de vuestros alumnos. Preguntadles qué están escuchando. qué les gusta... y de ahí tiráis para plantearles actividades: películas, series, canciones, música... Si no, otra opción es decirles el objetivo de la actividad: hacer una redacción, una poesía, un experimento, un problema matemático... y que elijan cómo quieren hacerlo y con qué medios exponerlo. La motivación ahora es fundamental para que el sofá no gane terreno.
  • No plantear temario nuevo, afianzar o ampliar lo que se ha visto durante el curso pero sin introducir elementos complejos que las familias no puedan ayudar a entender. Por lo menos hasta ver qué ocurre a corto plazo con el confinamiento.
  • Que los hermanos o hermanas mayores corrijan a los pequeños y ayuden en las tareas. Así aprender, repasan y se relacionan de otra forma.
  • Fomentad que pasen tiempo en familia con recursos prácticos para aprender a comunicarse y resolver problemas. Que escriban o graben lo que están sintiendo estos días y cómo están resolviendo lo que van sintiendo. Va a ser necesario recopilar información para trabajar

Aprovechemos entonces para unirnos como comunidad educativa, darle importancia a lo urgente, que ahora es estabilizar la situación a nivel emocional, tener herramientas para gestionar la convivencia y mantener una rutina básica. Hacernos responsables de lo que nos toca, no dar rienda suelta a buscar culpables y disfrutar todo lo que podamos de esta inusual situación. Somos una COMUNIDAD tanto educativa como social y estamos aprendiendo a que el mundo no se acaba si las cosas van más despacio. 

Ese es el mejor ejemplo que le podemos dar a nuestro alumnos y alumnas. Otra forma de gestionar las cosas. En la situación en la que estamos, es con lo que se van a quedar.

TODO ESTÁ BIEN, REPETIDLO MUCHAS VECES. TODO ESTÁ BIEN.

GRACIAS POR EL ESFUERZO

Y VAMOS A APRENDER JUNTOS A HACER LAS COSAS DE OTRA FORMA