El Escape Room como herramienta de educación emocional

28.05.2019

Hace un par de días, mis hijos fueron con sus tíos a un Escape Room sobre Harry Potter a Sevilla. Estuvieron una hora y fueron caracterizados con todos los artilugios que tenían sobre la saga que tanto ha marcado a una generación de jóvenes. A la vuelta, aquello no era una familia que había salido a divertirse, aquello era la exaltación más asombrosa de haber conseguido una de las pruebas más importantes de su vida "conseguir superar todos los retos y resolver cada enigma en 58 minutos". Una hora estuvimos viéndolos saltar en el sofá contando, sin parar, cada detalle, ingenio, trabajo en equipo y neurona frita pensando en cómo averiguar cada incógnita que surgía.

Pues la educación emocional es como un Escape Room diario, sólo que necesitamos conocer las bases que lo construyen para poder llevarlo al aula:

  1. Hay un reto que tienes que resolver bajo la presión "fantasiosa" de que "si no lo averiguas, no puedes salir de la habitación".
  2. Sabes que la única forma de conseguirlo es en equipo y con todo el equipo. Quiero decir, es un trabajo puramente cooperativo porque hay momentos en los que se necesitan "todas las manos" para resolver pruebas físicas que de otra forma, sin la parte del grupo, no se podría.
  3. Todos tienen un papel o rol importante dependiendo de sus capacidades, dones o talentos. Os cuento la anécdota de que, dentro del equipo, iba mi hija de 3 añitos (asombroso, lo sé). Bueno, pues llegó el momento de hacer una prueba sobre escrúpulos y meter la mano en unas cajas con bichos y texturas desagradables. Bueno, ni sus hermanos mayores ni sus tíos se atrevieron a hacerlo de la grima que le daba, así que ella, tan pancha (y medio inconsciente de lo que hacía), metió la mano en cada una de las cajas y sacó las llaves que necesitaban para seguir avanzando. Sólo 3 añitos, señoras y señores.
  4. Los errores les llevaba a desarrollar que "no todo es lo que parece" y que hay "múltiples soluciones" para un problema pero, para ello, TODOS tienen que pensar de forma divergente. A no tiene porqué llevar a B, puede llevar a C, D, E e infinitas posibilidades.... 
  5. Se impone, de forma elegida por la propia motivación, la imperiosa necesidad de manejar conceptos técnicos, en este caso, relacionado con Harry Potter. Mirad que mis hijos son unos frikis de la saga de Rowling, pero desde que se enteraron que sus tíos los invitaban al escape room, han sacado libros, visto películas, hasta han hecho maratones de un trivial temático, que tenemos en casa, sobre Potter. Es decir, han sido plenamente conscientes de que tenían que estar formados a nivel técnico y teórico para "estar a la altura" de las circunstancias a las que podían encontrarse.  
  6. Tienen dos sistemas de ayuda: un guía que les acompaña por si se llega a un callejón sin salida y necesitan un empujoncito. Y cámaras en todas las habitaciones que juega al "caliente, caliente-frío, frío", por si ven que la ayuda debe ser mayor o les hace falta motivación en algún momento de bloqueo.
  7. Y la recompensa, la satisfacción de salir abrazados, saltando de alegría y repitiendo: "LO HEMOS CONSEGUIDO", no "LO HE CONSEGUIDO". 

HE AQUÍ LA PRUEBA:

Pues ahora, llevaros todas las indicaciones del triunfo de este nuevo negocio de tanto éxito a la Educación Emocional. Vamos a traducirlo a un programa  basado en sesiones-tutorías bajo este formato:

  1. Les proponéis un reto que sea muy cercano a ellos: algo que haya ocurrido en clase, fuera de clase o alguna noticia impactante para ellos y que elijan entre todos. 
  2. Tienen que hacer equipos para resolverlo y no es posible hacerlo solos, las normas del juego dicen que la única forma de conseguirlo es en equipo y con todo el equipo, es un trabajo puramente cooperativo.
  3. Todos tienen un papel o rol importante dependiendo de sus capacidades, dones o talentos. Para ello tendréis que hacer los equipos con alumnos y alumnas que tengan diferentes capacidades: algunos más intelectuales, otros más emocionales, corporales, espirituales o sociales, por ejemplo.  
  4. No se lo pongáis especialmente fácil, los errores les llevaba a desarrollar que "no todo es lo que parece" y que hay "múltiples soluciones" para un problema pero, para ello, TODOS tienen que pensar de forma divergente. Tienen que darles vueltas al coco para encontrar diferentes formas de solucionar los problemas.  Ponedles un tiempo límite, así pueden evaluar cuáles han sido los errores y volver a practicar de una forma más eficiente.
  5. Hay que darles la formación básica en gestión emocional y para ello, hay que dedicarle tiempo y espacio. Tenéis horas de tutorías para "instruirlos" en valores, ecuaciones emocionales, resolución de conflictos, comunicación, empatía, compasión... bien como conceptos teóricos, bien en la práctica a través de la tecnología emocional. (Os enlazo al final un documento con bibliografía básica para que podáis formaros). Vuestros alumnos deben ser plenamente conscientes de que necesitan estar formados a nivel técnico, teórico y práctico para "estar a la altura" de las circunstancias a las que pueden encontrarse.
  6. Tú, como tutor o tutora eres su sistema de ayuda: un guía que les acompaña por si se llega a un callejón sin salida y necesitan un empujoncito. 
  7. Y te aseguro y adelanto que la recompensa, cuando lo consigan, será genial y los motivará a querer más. Os garantizo que la frase "¿Hoy hacemos otro escape room de esos, maestr@?, se repetirá en cada tutoría. Porque la frase: "LO HEMOS CONSEGUIDO", genera tantas endorfinas como el equipo de fútbol que gana un partido.

Ahora, sé que no es fácil, pero es cuestión de que nosotros, como docentes, desarrollemos nuestra creatividad, trabajemos en equipo con otros compañeros y compañeras que seguro que nos aportan ideas. Que hagamos un banco de escape room para trabajarlos en los diferentes cursos e incluso, darles la posibilidad que ellos mismos los creen. Los de 4º para los de 1º, los de 2º para 3º, bachillerato para la ESO.... tenéis muchas posibilidades y ésta, os aseguro, va a funcionar. Incluso participad, como equipo de trabajo o claustro en alguno que esté preparado para que vivais la experiencia.

Es una forma infalible de poner en práctica las competencias emocionales y entrenarlos a resolver los problemas diarios, internos o relacionales, de una forma constructiva y cooperativa.

Ánimo!!