Del periodo de Adaptación al periodo de Acogida

28.08.2018

UNA MIRADA DIFERENTE PARA EL INICIO DEL PRIMER CICLO DE INFANTIL

Si ya he escrito cómo diseñar el inicio de curso para las etapas de infantil, primaria y secundaria, no quiero olvidarme de los que es -para mí- la etapa más importante del desarrollo, de los 0 a los 3 años. Porque siento que estáis muy solas (hablaré en femenino por ser una profesión estadísticamente feminizada), porque hay poco escrito sobre la acogida de los primeros días, porque es un momento dificilísimo... Porque si me leéis y soy padres o madres, os puedo mostrar otra visión sobre el momento de dejar a vuestros hij@s en la mal llamada "guarde".

Esta es la imagen con la que solemos asociar los primeros días de adaptación, llantos de los niños, de sus padres, abuelas o titos... incluso de alguna docente que todavía no se ha -tristemente- inmunizado. Pero podemos cambiar toda la visión que tenemos sobre estos días y hacer que las lágrimas se cambien por ternura y juego.

Hace unos años, una íntima amiga, directora de la Escuela Infantil especializada en pedagogía Reggio Emilia, "Escuela de colores" en Coria del Río, Sevilla, me mostraba la forma en la que ella trabajaba este periodo sensible en las familias. Desde ese momento, en todas las escuelas infantiles con las que he colaborado, hemos cambiado la forma de recibir a las familias y los resultados han sido asombrosos por parte de toda la comunidad educativa.

Tanto si eres acompañante como directora del centro, reúne a todo el equipo educativo y cuéntales que deseas cambiar la forma en la que se ha hecho la adaptación hasta el momento. Este artículo te puede ayudar a justificarlo.

Así que comienzo a daros algunas ideas sobre cómo diseñar el Periodo de Acogida (cambiando el nombre, cambiamos en enfoque).

Lo primero que necesitamos es decidir cuánto durará el periodo, yo suelo proponer 2 semanas de acogida para, progresivamente, ir caminando a la separación normalizada.

Para llevarlo a cabo, necesitamos que las familias colaboren, quizás ya sea tarde en algunas escuelas, pero -por si no lo fuera- la idea es enviarles una circular para que puedan organizarse de forma que haya un familiar (no tiene porqué ser el mismo siempre) durante las actividades que se van a desarrollar.

En esta etapa, el vinculo del bebé con las figuras de referencia es clave en el desarrollo de la seguridad y confianza en el mundo. Por ello, he diseñado una acogida en la que se incluyen a dichos referentes en todo el proceso hasta el momento en el que el niño o la niña siente que "este sitio es seguro porque mamá, papá (o quien sea) ha estado jugando, riéndose... y me ha mostrado que mi maestra forma parte de mi familia. Ya me puedo quedar tranquil@". 

¿Cómo lo hacemos? 

Comienza con periodos cortos de actividades diarias. Talleres de 1 hora (en total, mientras vienen, juegan y se van) en diferentes horarios para que los padres o madres tengan posibilidad de elección. Puedes hacer un grupo a las 10h otro a las 11h y otro a las 12h. Como sólo vas a repetir la misma actividad, no suele ser más trabajo y así reduces el número de familias en el aula. Este sistema puedes repetirlo durante la primera semana. Los talleres que puedes realizar son:

Estos talleres ayudan a:

  1. Si es el primer curso, la maestra (o técnico infantil) no se ve sola ante 8 bebés de entre 4 y 12 meses y cuenta con otros adultos en los que apoyarse para calmar, acariciar y jugar con ellos. 
  2. Las sensaciones agradables de los niñ@s durante los talleres con sus referentes hacen que su cerebro vaya asociando "sensación agradable-maestra agradable-escuela agradable" y la disposición corporal y emocional será muy diferente a un primer día o semana en lo que lo único que oye es llanto, gritos y música de fondo intentando calmar los llantos y los gritos.
  3. La separación referente-bebé es incomparablemente más suave y respetuosa. Aceptando que debe haber una separación (vivimos en un país que no entiende la importancia de la crianza familiar en esa edad), este proceso es más respetuoso con el vínculo del niñ@ con los adultos, menos estresante y reparador con respecto al sistema de apego que tenga configurado.

Poco a poco, las actividades van aumentando en tiempo y las familias van disminuyendo su presencia, de forma que se va equilibrando el sentimiento de ausencia y se pasa el testigo a la maestra y la persona que normalmente está de apoyo.

Suele ocurrir que hay niñ@s que, pese a todo lo realizado, lloran desconsoladamente y es difícil calmarlos. Con ellos hay que hacer una adaptación, pueden continuar unos días más con la presencia de su referente porque quizás necesiten más tiempo. Si no cambia la situación, sería interesante ver qué está ocurriendo en la familia, valorar el tipo de apego que ha desarrollado el bebé, cómo lo están viviendo los padres y ayudarles de una forma personalizada. Las escuelas de familia en esta etapa (y en todas) son fundamentales para acompañar estos momentos sensibles.

También pasa que hay familias que no cuentan con una persona que pueda quedarse con el bebé en los talleres. Lo primero es darle ideas: hay herman@s mayores que todavía no han empezado el colegio o el instituto y pueden participar en los talleres perfectamente, titos, madrinas... si es imposible, siempre tenemos a la propia maestra que -al estar más liberada- puede dedicar más tiempo al bebé, la persona de apoyo e incluso hemos tenido a otros papis y mamis que han "adoptado" durante los talleres a otros bebés. Siempre con la propuesta previa de la maestra y hablado con y entre ambas partes. 

Y si no puede ser, pues no puede ser y habrá que acompañar al bebé en la separación de la forma más sana posible. De todas formas, insisto en que el clima cambia tanto que uno o dos llantos se minimizan ante los 8 que se suelen tener en el otro modelo.

No tengáis miedo a probar esta propuesta. Hacedla vuestra. No os preocupéis porque creáis que los familiares no se van a ir nunca de las clases, es importante que les expliquéis bien el proceso y le hagáis ver que, por el bien de sus hij@s, deben ir poco a poco separándose y que lo mejor es hacerlo de una forma controlada, respetuosa y de la forma en la que lo habéis diseñado (trabajar los miedos de la familia también es importante y para ello, los límites son necesarios). Poco a poco y con vuestra experiencia, iréis ajustando los tiempos, perfeccionando los talleres y haciendo partícipes a las familias de un momento tan "especial" para toda la comunidad.

Siempre hay una primera vez para todo. 

¡Ánimo y feliz periodo de acogida!!