Claves para la gestión del duelo anticipado en el aula.

05.03.2019

Esta semana ha sido especialmente dura en el acompañamiento a familias y docentes que se encuentran en una situación de duelo anticipado. Como duelo anticipado quiero decir cuando una persona se encuentra en una estado de irreversibilidad ante el fallecimiento y sus familiares y amigos más cercanos son conscientes de esa situación. Puede ser repentino (un accidente que deja en coma a alguien) o una enfermedad que termina en paliativos. En ambas, hay una anticipación emocional del desenlace y diferentes formas, muy generales, en las que los chicos y chicas pueden reaccionar:

- Pueden entrar en un estado depresivo (tristeza, llanto, melancolía, angustia...) que les aísla y les separa de sus relaciones teniendo mucha dificultad para expresarse o contar lo que siente.

- Otros pueden manifestar ansiedad, nerviosismo, descontrol, reactividad... sería la opción contraria a la anterior y expresan de forma muy inquieta la situación de estrés que viven.

- Hay otro grupo que reacciona bajo un "no pasa nada", "todo está bien" porque se desconecta emocionalmente ante el dolor que viven.

Cada grupo, edad, tipo de pérdida y contexto en general supondría un artículo diferente, pero voy a intentar daros algunas claves de lo más básico y necesario a tener en cuenta cuando tenemos a algún alumno o alumna (familiares en general) que va a perder a un ser querido.

1- Ante la pregunta de si se le debe decir la verdad de lo que va a ocurrir, mi respuesta es SÍ. Hay que ir informando, de forma adaptada a la edad de cada niño, que "la persona cada vez está más malita" y ya no puede hacer las cosas que hacía antes. No os podéis imaginar con cuántos adultos trabajo que manifiestan que se les ocultó la verdad de un secreto a voces, y que les daba pavor preguntar aunque sabían que el final era inminente, pero se le maquillaba la verdad. Y esto lo conecto con la siguiente idea:

2- Ante la duda de qué hacer cuando el fallecimiento está cercano o se prevé cercano es: AYUDAR Y ACOMPAÑAR A QUE SE DESPIDAN. De verdad que esta idea es FUNDAMENTAL. Si algo deja a un niño o niña pillada de por vida (y no exagero) es por haberse quedado con el pellizco de no haberse podido despedir. Os cuento formas para despedirse:

  • Si la persona está todavía consciente, se le puede hacer una fiestecita en la que se le lean cartas -que se han escrito previamente- de agradecimiento y contarle lo maravillosa que es, lo bien que nos lo hemos pasado juntos, y celebrar la vida y el amor (hace unas semanas una compañera tuvo la oportunidad de acompañar a que sus hijos se despidieran así de su abuelo y fue el regalo más bonito y mágico, así lo cuentan, que han vivido).
  • Si la persona no está consciente, se le escribe la carta de la misma forma que si lo estuviera y se le permite a los niños o adolescentes un espacio en la que puedan leérsela, cogidos de la mano, a través de un cristal... como sea, pero que la lean. 
  • Si la persona está muy deteriorada físicamente, no se la puede ver o consideráis que los niños son pequeños y les puede impactar, es un familiar el que se compromete a leerle la carta y transmitirles la forma en la que la persona ha reaccionado al escucharla (maquillad la situación, les da consuelo).
  • Importantísimo, aprovechad para que en la carta de despedida (no tiene por qué llamarse así si son pequeños, podéis llamarle "carta de agradecimiento"), cuenten si hay alguna cosilla pendiente que confesar: alguna trastada, broma, pensamiento u ocurrencia que quieran "confesar" para quedarse tranquilos. Estos secretillos son los que luego se convierten en motivos de culpa y se pueden enquistar.

En ambos casos, si los niños no tienen la escritura adquirida, pueden hacer un dibujo y vosotros escribís lo que ellos os dicten (y les ayudáis un poquito si el vocabulario es limitado).

3- Ahora viene un punto muy importante: LA RESPUESTA DE LA PERSONA QUE VA A FALLECER.

  • Si la persona está consciente, podéis animarla a que hable con los niños y les agradezca toooodo lo que se le ocurra y más. Que aproveche para hacer alguna confesión de secretillos (si tiene alguno pendiente) y, sobre todo, si los niños han confesado los suyos, que les pueda decir que "no pasa nada" y que no se preocupen, que se queden tranquilos que están perdonados o está todo en orden.
  • Si la persona no está consciente, es importante que leáis bien lo que os voy a decir. Uno de los familiares muy cercanos a la persona que va a fallecer (cuando digo muy cercano es que lo tiene que conocer casi a la perfección), puede escribir una carta de respuesta a la que han escrito lo niños en forma de agradecimiento y despedida. Aclaro: no se trata de mentir, por favor, no se interprete así, se trata de que se extraiga, de las muchas conversaciones que se habrán tenido sobre los hijos, aquello que consideréis que puede resumir sus sentimientos. Esta es una propuesta para niños pequeñitos, no para chicos o chicas que sean plenamente conscientes de la situación y sepan que la persona no ha podido escribir esa carta. Es para niños pequeños que no entienden bien qué ocurre y si escriben la carta, esperan una respuesta. En el caso de los mayores, el trabajo de respuesta por parte de la persona que va a fallecer pero que no puede comunicarse, se realiza a través de una técnica terapéutica muy concreta que prefiero que me preguntéis por privado, porque es compleja de explicar y se puede malinterpretar. En mis formaciones en duelo la explico con tiempo y profundidad.

4- Evitad, en la medida de lo posible, las frases hechas del tipo: "en el cielo estará mejor; así es la vida; a cada persona le llega su hora...", son frases que tenemos aprendidas pero que pueden generar mucho malestar porque no tiene carga emocional. Un profesor me decía esta tarde: cuando sabía que mis padres iban a fallecer, la gente se me acercaba y me decía frases de ese tipo y yo pensaba "eso ya lo sé, para qué me lo dices" y cuando le pregunté qué le hubiera gustado que le dijeran, una profesora a su lado contestó: "yo tuve un alumno que atropellaron a su madre en la puerta del instituto y lo único que me salió fue decir: [perdonad por la expresión] vaya putada, chaval", y nos fundimos en un abrazo en el que estaba todo dicho. 

Lo más "sencillo" en estas situaciones es comunicar expresiones más emocionales que ayuden a transmitir que se está cerquita: "no quiero imaginar por lo que estás pasando; no sé cómo ayudarte pero estoy al lado tuya; cuánto dolor debes sentir...". Son frases de corazón a corazón, las primeras son de cabeza a cabeza.

5- Hay veces, en los casos de presupuesta inconsciencia, que recomiendo cantar. Cantarle a la persona canciones familiares: nanas, cumpleaños feliz, canciones que le gustase... y generar un espacio de calma y paz a partir de la música.

6- Si sois docentes (familia también), es importantísimo decirles de forma explícita a vuestro alumno: "olvídate de las notas, los exámenes y tareas. Si te sientes con fuerzas o te sirven para despejarte, ánimo, te vamos a ayudar. Pero es importante que ahora te cuides, estés tiempo con la persona a la que quieres y haremos todo lo posible para adaptarte las materias y acompañarte. Ahora lo importantes eres tú y tu familia". Esto, a un chico o chica ya mayorcito, le quita un peso de encima asombroso porque puede llegar a sentir un conflicto muy profundo por ser incapaz de concentrarse para estudiar pero, si no lo hace, puede incluso llegar a pensar que la persona que va a fallecer (padre o madre), se enfade por haber suspendido. Me ha ocurrido varias veces con adolescentes y preadolescentes. Por lo que el manifiesto debe ser explícito y si es por parte de la familia y el centro educativo, mucho mejor. Es como darle permiso para que sobreviva como pueda en lo escolar y que sienta al centro como un espacio de distracción más que de exigencia, en esos momentos.

6- Cuando los chicos o chicas son más mayores, es muy importante implicarles, si veis que están preparados, en el cuidado de la persona. Esta mañana comentábamos la posibilidad de un chico de 15 años que llevaba 15 días sin ver a su padre porque su madre pensaba que lo iba a pasar mal. El hecho de que este chico pudiera hacer algún turno con su madre, cuidar a su padre, ayudarlo y charlar con él (aunque esté muy deteriorado), es una forma de "devolverle" de forma cariñosa lo que los padres hacen por sus hijos y puede ser una forma diferente de "despedirse" de forma progresiva. 


A modo de conclusión, es FUNDAMENTAL darles la oportunidad de despedirse en vida (aunque no se esté consciente). De verdad que no hay nada más doloroso que quedarse con la sensación de que no pudiste despedirte porque no te enteraste de lo mal que estaba.

El miedo, la angustia, la descomposición emocional que nos entra cuando pensamos en lo terrible que es decir "mamá, papá.... está muy malito o ya no va a volver", es el inicio para abordar el tema. Luego, los niños van marcando su ritmo y te dan muchas sorpresas. Podéis llorar juntos, reír, abrazaros... NO PASA NADA. Es un momento nuevo que no habéis vivido antes y tendréis que descubrirlo juntos, en familia. Pero si hay algo que debemos promover, animar y alentar en la anticipación es LA DESPEDIDA AGRADECIDA.

Espero que estar reflexiones os ayuden un poquito y ya sabéis que podéis escribirme por privado a mi correo electrónico. En la medida de mis posibilidades, os intentaré echar una mano. Ánimo.