COMPETENCIAS SUPRAPERSONALES 

13.05.2021

¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SIRVEN?

En 1993, la UNESCO constituyó la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, en el que se planteaba la importancia de un enfoque educativo que hiciera frente no sólo a los retos diarios de la vida, sino a los que podemos ir encontrando en un futuro. Bajo la idea de que la educación es una de las armas más poderosas de las que disponemos (Delors, 1996), si algo introdujo esta comisión, ratificada tres años después con el conocido Informe Delors, es que los pilares sobre los que debemos orientar el aprendizaje deben trascender de la dimensión cognitiva e incluir aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a Ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores (Delors, 1996). Aunque se le atribuye a Jaques Delors la importancia de que estos cuatro "pilares del conocimiento" tuvieran una atención equivalente y estructurada en las escuelas; ya en 1973, la UNESCO publicó otro informe bajo la dirección del francés Edgar Faure, denominado "Aprender a Ser" (1973), en el que manifestaba la esperanza de contribuir al progreso de la educación en el mundo bajo el derecho de cada persona a realizarse plenamente y a participar en la construcción de su propio porvenir.

El escritor y educador George Leonard insinúa en su "Educación y éxtasis" (2014), que "la pregunta que más a menudo nos hacemos [en la enseñanza] es ¿qué materias debemos enseñar? Cuando profundizamos (...), pasamos a preguntarnos ¿qué métodos y técnicas son necesarios para una buena enseñanza? Ocasionalmente (...) llegamos a preguntarnos ¿con qué propósito y para qué enseñamos? Pero rara vez nos preguntamos por el quién: ¿cómo puede la calidad de mi ser determinar la manera en que me relaciono con el mundo?

A esta pregunta se le ha dedicado mucha literatura educativa e investigación académica, con el fin de aportar al currículum actual esa perspectiva que declaró la UNESCO en su propuesta de intenciones del 1996 y que, a día de hoy, sigue generando inquietud entre la práctica docente. El nominado al premio Nobel de la Paz y psiquiatra y educador chileno Claudio Naranjo, dedicó toda su vida a la investigación, formación y teorización educativa como propuesta transformadora de las sociedades contemporáneas. Su propuesta de un curriculum de auto-conocimiento y re-educación interpersonal (2007) plantea la necesidad de dilucidar el significado de ese "aprender a ser" de Delors a través de dos posibles acepciones: aprender y acompañar a ser fieles a nuestra verdadera naturaleza; y el segundo, cuyo plano trasciende el Ser y se plantea como un "saber que uno Es" y llegar a descubrir y realizar todas sus potencialidades.

Partiendo de esta idea, podemos remontarnos a pensadores como Rousseau, Montessori, Steiner o Dewey, entre otros, e incluso a movimientos como la Escuela Nueva de finales del Siglo XIX, en el que se quiso romper con la rigidez tradicional y ausencia de una pedagogía basada en la Persona (Palacios, J. 1987).

Actualmente, encontramos literatura sobre este tipo de competencias asociadas al Ser en investigadores reconocidos como Howard Gardner (2012), el cual habla de una inteligencia existencial o trascendente, definiéndola como "la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos, la capacidad de situarse a sí mismo con respecto a tales rasgos existenciales de la condición humana como el significado de la vida, el significado de la muerte, y el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la inmersión en un trabajo de arte". Otro autores y autoras hacen alusión a la preparación para hacerse preguntas hondas, para asombrarse y comprometerse con la realidad del mundo en que vivimos, el desarrollo del autoconocimiento, la necesidad de sentido y opción vital, de la muerte, la identificación de valores, el sentido de pertenencia, la admiración y el compromiso con la naturaleza y la contemplación.

García Campayo, psiquiatra de trayectoria reconocida a nivel internacional e investigador incansable de la educación emocional en las escuelas actuales, argumenta que los "mecanismos de acción" (2017) para desarrollar dichas competencias enfocadas al Ser, se basan en:

  • La práctica del Mindfulness, ser consciente del sufrimiento propio y de los otros, evitando la sobreidentificación y manteniendo los pensamientos en equilibrio.
  • La Humanidad común: que promueve una sensación de conexión con los demás y un entendimiento de que todo el mundo experimenta sufrimiento y comete errores.
  • Compasión: abandonando la definición tradicional de sentimiento de lástima y apostando por la propuesta del dalái lama como el "deseo de que todos los seres sintientes estén libre de sufrimiento".
  • Autocompasión: que representa la capacidad de ser cuidadoso y amables con nosotros mismos cuando experimentamos sufrimiento, en lugar de ser excesivamente críticos.

A esta propuesta de Campayo, le uno otras competencias como:

  • La preparación para hacerse preguntas hondas.
  • Para asombrarse y comprometerse con la realidad del mundo en que vivimos.
  • El desarrollo del autoconocimiento.
  • La necesidad de sentido y opción vital.
  • El sentido de la vida y de la muerte.
  • El sentido de pertenencia.
  • El compromiso con la naturaleza.
  • La contemplación. 

Programas nacionales como "TREVA", "aulas felices", "el antiprograma", "Crecer respirando", "escuelas despiertas", "escuelas conscientes" y a nivel internacional como "Horeb: para crear cultura del cuidado desde las escuelas", "Inner kids Program", "Inner Resilience Program", "Master Mind Program", "MindUP", "Learning to breathe", "Stressed Teens", "Wellness Works" en EEUU, "Staf Hakeshev" en Israel, "La atención funciona" en Holanda, "Atentamente" en Mexico, "Mindfulness in school proyect" en Inglaterra, "Mindeduca" y "SENTE" en Brasil... son algunos de los ejemplos en los que se están implementando e investigando el desarrollo de competencias basadas en el Ser, con unos resultados excelentes.

No es casualidad, por tanto, que existan actualmente escalas de análisis para "medir" el desarrollo de estas competencias en el alumnado, con la intención de seguir demostrando con datos fidedignos, que el bienestar escolar está relacionado, junto con las competencias intra e interpersonales, con el desarrollo de esta área. Algunos de los más significativos son:

  • Escala de atención y conciencia plena. Brown y Ryan, 2003.
  • Medida de Mindfulness para niños y adolescentes. Greso, Baer y Smith, 2011.
  • Escala de autocompasión. Neff, 2003.
  • Self-other four inmeaserables. Kraus y Sears, 2008.
  • Cuestionario de Inteligencia Espiritual (CIES). Martín Sánches, 2018.


Actualmente, las últimas investigaciones sobre las competencias más reclamadas en el ámbito laboral actual y del futuro, hacen alusión a las "soft skills". Competencias que son requeridas, además de las relacionadas con las habilidades técnicas, como claves para el bienestar laboral y el desarrollo de los recursos humanos. Dentro de estas competencias: la resiliencia, la bondad, la hospitalidad, la compasión y autocompasión, la templanza, el equilibrio personal... Aunque puedan integrar habilidades que aluden al desarrollo personal, incluyen esta perspectiva que argumentamos en relación con todo aquello que supone un desarrollo del Ser.

Existen diferentes términos que han resumido este conjunto de competencias enfocadas al desarrollo de la Persona: competencias Espirituales, Transpersonales, trascendentales... Como primera opción, mi propuesta es continuar con la categorización de Gardner en "Frames of Mind" (1983) en el que agrupaba las competencias emocionales en intra e interpersonales, añadiendo las suprapersonales. De esta forma, se genera el término con el 'supra' como elemento compositivo que significa "superior o encima", para darle una connotación que trascienda lo social y adquiera un sentido más allá de lo "personal". Tanto el término intrapersonal como suprapersonal, no aparecen en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Encontramos alusión a competencias suprapersonales en investigaciones y publicaciones como:

Una segunda opción puede ser el clasificarlas como competencias transpersonales por hacer referencia a la rama de la pedagogía transpersonal que aúna conceptos occidentales pedagógicos con un nuevo enfoque del ser humano, en coherencia con todo lo explicado anteriormente sobre la propuesta de Delors. En esta investigación se recoge la definición extensa y detallada:


De una forma u otra, desde la forma en la que yo entiendo la educación y teniendo en cuenta mi visión de la sociedad actualmente, haced vuestra la terminología, cambiadla, modificadla... pero cada día estoy más convencida que son fundamentales para cambiar la educación y así el mundo.



BIBLIOGRAFIA

  • Delors, J. (1996) La educación encierra un tesoro. Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo xxi. Madrid, Santillana, UNESCO.
  • Faure, E., Learning to Be, Paris-London, Unesco-Harrap, 1972 (Aprender a ser. Alianza, Madrid 1973).
  • García Campayo, J. (2016) La ciencia de la compasión. Edit Alianza editorial.
  • García Campayo, J. (2017) Bienestar emocional y mindfulness en la educación. Edit Alianza editorial.
  • Gardner, H. (1983) Frames of Mind: the theory os multiple intelligences. Edit Basic Books.
  • Gardner, H. (2012) Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica. Edit Paidós
  • Hart, T. (2003) El mundo espiritual secreto de los niños. Edit La llave.
  • Leonard, G. (2014) Educación y éxtasis. Edit La llave.
  • Martín Sánchez, Antonia. La inteligencia espiritual. Definición y competencias. Un instrumento de evaluación de su desempeño competencial. Universidad Pontificia Comillas ( España ) en 2018
  • Naranjo, C. (2007) Cambiar la Educación para cambiar el mundo. Edit. La llave.
  • Palacios, J. (1987) La cuestión escolar. Edit Laia.